En 2025 habrá 333 millones de personas diabéticas en el mundo. El aumento de la esperanza de vida, el sedentarismo y los cambios de patrones de alimentación serán las principales causas de este incremento. Esta patología es uno de los mayores problemas de salud pública del siglo, si se tienen en cuenta aspectos como la morbilidad y la mortalidad que generan y que supone la cuarta causa de muerte en los países desarrollados. Además, la diabetes consume entre el 5 y el 10 por ciento del presupuesto sanitario mundial con posibilidad de llegar al 40 por ciento en 2025 y triplica la probabilidad de recibir atención médica hospitalaria.
Por otro lado, es la causa más frecuente de ceguera en adultos -retinopatía- y de insuficiencia renal tributaria de diálisis. De la misma manera, aumenta por tres el riesgo de enfermedades cardiovasculares y es causa muy frecuente de amputación de extremidades inferiores.
¿Cómo combatirla?
La Organización Mundial de
Esos pacientes fueron separados en cuatro grupos. Uno hacía ejercicios aeróbicos tres veces a la semana, otro también hacía ejercicios de resistencia el mismo tiempo; otro, los dos tipos de ejercicio, y el cuarto era totalmente sedentario. A todos se administró una dieta para mantener su peso y se midieron su azúcar en la sangre, el colesterol, su peso y otros signos vitales. Los niveles de azúcar se redujeron con el ejercicio. Especialmente la hemoglobina A1c, que mide la medida de azúcar, se redujo medio punto porcentual en personas que hacían una forma de ejercicio y un punto completo en las que hacían los dos tipos de ejercicio.
Se calcula que la reducción de un punto en A1c está vinculada a una disminución de entre 15 y 20 por ciento en problemas cardiovasculares y a una bajada de 37 por ciento en las complicaciones renales, oculares y de las extremidades. Por tanto, una sana recomendación: Haga ejercicio, no importa la edad que tenga... con ello está cuidando su vida.