"¿Donde encuentro un buen tomate de huerta?...pregunta una señora en el supermercado, mientras rebusca entre unos cajones apilados. "Si es que estos tomates ya no saben a nada". Y esta mujer tiene razón, tanto los tomates como la mayoría de las frutas y verduras que se pueden comprar en el supermercado, distan mucho de los recogidos de una huerta tradicional. Estas diferencias ya se han hecho patentes en los últimos estudios, que demuestran que no solo se diferencian en el sabor, sino en los beneficios para la salud.
De la industria a la mesa
Pero las diferencias entre los productos biológicos y los que podemos encontrar en los supermercados no se limitan a la cantidad de antioxidantes. La explotación industrial de grandes latifundios, la eliminación de las plagas con pesticidas, la conservación por medio de aditivos químicos o naturales, los potenciadores de sabor químicos, e incluso colorantes o ceras protectoras, transforman los alimentos que llegan hasta nuestra mesa pues llevan consigo muchas sustancias que no aparecen citadas en ninguna etiqueta.
Según la mayoría de los estudios, estos productos no alcanzan el índice de peligrosidad necesario para que sean prohibidos en el mercado, porque no aumentan el riesgo de cáncer de manera significativa. Sin embargo, la investigación en este campo está aumentando considerablemente, y ya hay algunas evidencias del daño que en concreto los pesticidas hacen en nuestra salud.
La relación de estos compuestos con el cáncer no es tan evidente como la del tabaco y el cáncer de pulmón. El riesgo a tener en cuenta viene cuando se dan una serie de factores juntos. Estos son la disponibilidad genética y una exposición alta a estos componentes, que se encuentran sobre todo en los productos cárnicos y lácteos.
Evolución en el estudio
Este enfoque del estudio es un paso adelante en el desarrollo en este campo, porque no existe todavía una investigación seria que estudie los efectos de la exposición a todos estos productos en conjunto, junto con los demás factores ambientales o genéticos. Es decir, por si solos no son peligrosos, pero ¿lo son todos juntos?
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